4.14.2010


A veces no se por que razón sigo con este blog. Mis entradas carecen de información relevante para la humanidad e incluso de sentido alguno y últimamente siento que mi diccionario personal (llámese léxico) no es tan amplio como en algún tiempo lo fue. Me hace falta leer. Me hace falta leer mas y escribir mas. Me hace falta leer cosas de mi interés y escribir cosas que si quiero escribir no un mendigo reporte de simulación. Pero creo que sigo con mi bló (llámese blog), por lo mismo que dije hace algunas entradas. Por que me sirve de desahogo, escribo cosas personales y es lo que me agrada, quiza algún día publique uno de mis cuentos (inconclusos por el momento, pero hablare sobre eso en otra entrada). Por estas razones es que sigo con este proyecto. Por todas estas razones  y por que si. PUNTO.

4.04.2010

Acoso

Todo es como un juego. Comienza con una mirada disimulada, una sonrisa al aire, un pequeño roce al ir caminando por los pasillos de la escuela. Todo tan casual, todo tan cuidadosamente planeado, sobre todo planeado. Por que un mal movimiento y todo el juego puede derrumbarse como una torre de naipes, por que todo es tan frágil que puede terminar tan repentinamente como comenzó.

Y es que la mas mínima sospecha de la otra persona puede arruinarlo todo, el secreto, la emoción del anonimato. Un anonimato que es ficticio obviamente y solo se encuentra de manera representativa dentro del juego, por que las miradas se sienten y es ingenuo el pensar que después de todo el otro jugador no tenga la mas mínima idea de lo que esta sucediendo. 

No importa quien haya comenzado con el juego, finalmente ambas partes terminaran inmersas dentro del mismo. Una discreta mirada por encima del hombro. Correspondida por una mirada mas directa, como viendo hacia la nada, pero teniendo fijo el objetivo, jamas perdiéndolo de vista. Se sabe cuando el otro esta mirando y es por eso que jamas se voltean a ver al mismo tiempo, por la adrenalina, por que un contacto visual acabaría con esa sensación indescriptible, por que sencillamente mataría el momento.

Y  el juego continua. Puede durar minutos, horas, días, incluso extenderse hasta meses. Todo depende de la situación. De la situación y del lugar. Y es que no existe un campo de juego predefinido con limites establecidos. En cualquier sitio uno puede comenzar, o formar parte de dicho juego sin siquiera imaginarlo o quererlo, empezando con una mirada disimulada, una sonrisa al aire y culminando con un...

-Hola, me llamo...-